Se trata de una fractura del cartílago de crecimiento de un niño de 13 años. Una epifisiolisis tipo II proximal de tibia, desplazada en un 50%. Estas fracturas, cuando están tan desplazadas, tienen la peculiaridad de que pueden comprometer los elementos vasculares y nerviosos posterior de la rodilla, véase la linea roja representando la arteria y la linea amarilla representando el nervio. Ambas pueden estar comprometidas por el desplazamiento de la epifisiolisis y hay que explorar la perfusión y la sensibilidad distales del pie.
Por otro lado, estas fracturas que atraviesan el cartílago de crecimiento, hay que reducirlas automáticamente debido a que pueden quedar secuelas irreversibles en el cercimiento del hueso correspondiente por lesión del cartílago.
Con la reducción, vemos como la arteria y el nervio recuperan la longitud y la disposición adecuadas al mismo tiempo, que se reduce y se sujeta la fractura provisionalmente con dos agujas de Kirschnner. Sin embargo, estas fracturas tan desplazadas, pueden desplazarse secundariamente debido , entre otras cosas, a que en la zona posterior puede interponerse en la zona de la fisis, el periostio, membrana o envoltura que recubre los huesos de los niños, muy gordita y que se puede invaginar en el interior del foco de fractura, no permitiendo la reducción adecuada.
En estos casos, puede producirse un desplazamiento secundario por fijación insuficiente con las AK, como podemos ver representadas en la RX y en los TAC-SCANER de control, tanto en el bidimensional como en el tridimensional. Por lo tanto, hay que recurrir a una fijación interna mucho más estable. Necesitando esto, en ocasiones, a hacer una reducción abierta para controlar perfectamente la reducción del foco de fractura e, incluso, meter un pequeño periostotomo o disector en la zona posterior para «sacar» el periostio, si estuviera interpuesto, en el caso de no poder conseguir esa reducción.
Una vez reducido, se fija con dos tornillos canulados a compresión.
¿ Qué he aprendido de este caso ?
Siempre hay que realizar una exploración vascular y nerviosa en los casos en los que los desplazamientos sean superiores al 50% en zonas articulares. Hay que procurar hacer una reducción inmediata para evitar el compromiso vascular y nervioso, al mismo tiempo de evitar, en lo que se pueda, el tiempo de lesión del cartílago. Hacer una reducción y fijación estables, debido a que existe una tendencia intrínseca de la propia fractura al desplazamiento secundario y pensar, siempre, en que puede haber periostio interpuesto cuando no se produce una reducción adecuada.